martes, 21 de febrero de 2012

La pequeña hormiguita de trabajo grande

Este blog, custodiado por Medusa, guardiana de arcanos conocimientos (pero quis custodiet ipsos custodes?), se inicia con la industriosa hormiga, tópico procedente de la fábula clásica y de amplia resonancia en la posteridad.

En diversas fábulas se contrapone la laboriosidad de la hormiga con la vida ociosa de otros animales. Esopo la compara al escarabajo o a la paloma, Fedro a la mosca. Es Babrio, Fábulas esópicas 140, quien nos transmite por primera vez la fábula de la previsora hormiga y su antagonista, la despreocupada cigarra. Una versión posterior se debe a Aviano. La frase que encabeza este cuaderno de bitácora pertenece a Horacio.

 Fábula de la cigarra y la hormiga






En la versión de Samaniego a la despreocupada cigarra cantora se opone la hormiga codiciosa, no exenta de crítica:


LA CIGARRA Y LA HORMIGA.
Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del preciso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo y sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
la dijo: «Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva es te invierno
esta triste Cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme;
que fielmente prometo
pagaros con ganancias
por el nombre que tengo.»
La codiciosa Hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
"¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana
¿qué has hecho en el buen tiempo?".
"Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento".
"¡Hola! ¿con que cantabas
cuando yo andaba al remo.
Pues ahora, que yo como,
baila pese a tu cuerpo".















  
Félix María de Samaniego, Fábulas 1.3


La hormiga simboliza el valor de todo esfuerzo, por pequeño que sea, para el logro de nuestros fines. Sirva de cabecera a este cuaderno de bitácora que pretende ilustrar máximas, proverbios, tópicos, sentencias y dichos de la Antigüedad clásica:

An industriam? cui pro suo modulo comparari nec formica formidat.
Sidonio Apolinar, Cartas 7.14.5

"¿Y la laboriosidad? Ni la hormiga, en su pequeña medida, teme ser comparada en esto".